Algunas recomendaciones adicionales para un buen mantenimiento de tu vehículo.

Como mencionamos en el anterior artículo, el mantenimiento correcto hará que tu vehículo te acompañé por mucho tiempo y le dará valor de reventa en el mercado. Estas son algunas cuestiones a tener en cuenta para lograrlo:

Uso de aditivos para el motor y atención a las fallas
El uso de aditivos ayuda a mejorar las condiciones internas del motor y de la combustión, para mantener un funcionamiento correcto por más tiempo. Siempre, utiliza los productos que son recomendados por el manual de usuario del fabricante, ya que son testeados para brindarle el funcionamiento óptimo al vehículo.

También, el tipo de combustible que utilizas es un punto importante, ya que un combustible de baja calidad puede afectar el motor carbonizándolo.
Respecto de fallas, como las luces testigo que indican en el tablero sobre algún punto a revisar de tu vehículo, lo recomendable es no dejar pasar el tiempo para su revisión para que no se agrave el posible problema.
Otros aspectos no son indicados por luces, pero hacen también al cuidado general, por ejemplo, circular con una rueda baja, no sólo es perjudicial para el neumático en sí, sino que puede generar desgaste en otros componentes de la suspensión que pueden terminar con una reparación más costosa (además de que el esfuerzo adicional del motor para movilizar el vehículo con poco aire en las cubiertas genera más gasto de combustible). Aprovecha las visitas a las estaciones de servicio para revisar los niveles de aceite, anticongelante, líquido de frenos y la presión de las ruedas.
Ese último punto es muy importante: No manejar con el testigo del aceite encendido. Esta es una de las luces de advertencia que no se pueden ignorar ya que puede ocasionar un gravísimo problema al motor (debes parar tan pronto como sea posible y apagar el vehículo).
Lo mismo sucede si se encuentran manchas en el piso del lugar donde dejaste tu auto estacionado: es algo que no debes de dejar pasar ya que indica que alguna manguera o componente del auto no está funcionando correctamente. Las fugas más comunes son del sistema de enfriamiento (anticongelante) y de aceite, mismas que pueden ser reparadas por costos relativamente bajos. La fuga más peligrosa es la del líquido de frenos por obvias razones y no se recomienda mover el auto hasta no haber reparado este problema.
 
Usar repuestos originales
Los repuestos originales son fabricados bajo las especificaciones de la marca, por lo que te aseguras que su funcionamiento sea el adecuado y también de que las piezas coincidan en color, encastre, agarre, calidad, etc., con las provenientes de fábrica.
Es posible que sean más costosas, pero utilizar piezas mecánicas económicas puede generar un mal funcionamiento y ocasionar fallas que aumentan los problemas.
Lo mismo sucede con las reparaciones, por ejemplo, las bujías, o elementos importantes para tu seguridad, como el sistema de frenos, en el que jamás se recomienda optar por las opciones “más baratas” ya que sacrifican la calidad y nivel de funcionamiento en favor a un precio accesible que podría poner en riesgo tu vida.
 
Entre las reparaciones, hay que prestar atención a que no se extienda el óxido. Te recomendamos que revises la parte baja de tu auto en búsqueda de cualquier pequeña marca de óxido. En caso de encontrar óxido, es importante que llevar el vehículo a un taller oficial para ser reparado antes de que se extienda por todo el auto.
 
Modificaciones
Ligeros cambios en el sistema de sonido, el tapizado o los polarizados no hacen daño, pero modificaciones más extremas pueden afectar el valor de reventa de tu vehículo, además de anular por completo las garantías de los fabricantes.
Realizar modificaciones mecánicas puede acortar severamente la vida útil de los componentes, sobre todo si se realiza por personal con poca capacitación. Pero si aun así estás decidido a hacerle modificaciones, te recomendamos que las hagas siempre en talleres especializados, que puedan asegurarte su correcto funcionamiento e incluso garantía.